Desciendo de una raza de mujeres fuertes.
Una de ellas cruzo sola y muy joven el desconocido Atlantico en un barco, proveniente del centro de Europa, en donde solo conocia los lagos, los rios y los arroyos con la fria agua que bajaba de los picos de los Alpes. Llego a la Argentina, y en un hotel parecido a la torre de Babel, paso sus dias para luego seguir su viaje sola hasta la salvaje selva chaquenia.
Desciendo de una mujer valiente que a muy corta edad supo lo que era quedarse sin madre, y con espiritu de fuego, durmio sus noches con un arma bajo la almohada para defenderse, a ella, sus hermanas y su abuela, de posibles ladrones que las acecharan cuando faltaba el padre, el unico varon en esa casa de mujeres.
Esa misma mujer lucho toda su vida contra las circunstancias adversas que se le fueron presentando, sin olvidar la risa, ni las canciones, aun cuando algunos momentos fueron muy duros.
Vengo de una mujer, parienta del gran Paganini, que termino sus muchos dias en Argentina, habiendo pasado su larga vida cuidando de sus nietas, porque su hija era directora de una escuela, alla por el 1930.
Desciendo de esa mujer, la maestra, la directora, la que no cocinaba demasiado, porque tenia una gran parte de su vida fuera de su casa, y a la vez, fue una madre presente para sus hijas.
Mis antecesoras fueron bellas, intrepidas y valientes.
Mi obligacion en mi capitulo de esta historia es seguir ese legado.
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