Datos personales

lunes, 27 de diciembre de 2010

De balances, lagrimas vertidas y otras boludeces...

No se en que momento de la historia de la humanidad a alguien se le ocurrio realizar el balance de fin de año. Por alguna razon no puedo imaginarme a un griego con su tunica drapeada y sus sandalias (totalmente fashion, viste gor?) escribiendo los pro y los contra de doce meses, sentado en un acantilado frente al mar Egeo. Supongo que estaria mas ocupado pensando en la proxima orgia olimpica y en si los dioses del Olimpo escucharian sus ruegos. Eso siempre y cuando los dioses no estuvieran planeando ellos mismos sus propias y divinas orgias olimpicas...

Lo cierto es que casi siempre nos dejamos llevar por el deseo de balancear nuestras vidas, y cada vez que leemos el balance de otro, lo sentimos conmovedoramente cerca. Despues de todo, todos y cada uno de nosotros lo unico que buscamos, mas alla de raza, sexo, creencia politica o religiosa, eleccion sexual, dinero, o profesion, es lo mismo: ser felices. Todo lo que hacemos, todo lo que emprendemos y todo lo que abandonamos se encuentra guiado por este precepto: quiero ser feliz. Como pueda, como sea, luchando o contemplando, entre lagrimas o entre risas, insultando, gritando o murmurando palabras dulces, somos extremadamente simples en nuestras ansias. Hasta el griego de la tunica y los dioses del Olimpo buscaban la felicidad, a toda costa.

Es asi como a lo largo de este año hemos bailado, hemos proyectado, hemos reido y llorado hasta la locura, nos hemos conocido y descubierto a nosotros mismos y a los otros, nos sacamos el velo que cubria nuestros ojos y nuestro corazon, y no tuvimos mas remedio que enfrentarnos al espejo, nos hemos enamorado y desenamorado y vuelto a enamorar, hemos conocido gente en lugares insolitos y nos hemos hecho amigos, hemos parido hijos, emprendimientos o simples cuentos, hemos discutido, peleado y perdonado, nos hemos desilusionado, y querido golpear a alguien hasta el cansancio, nos hemos deslumbrado y hemos deslumbrado a otros, nos cruzamos y descruzamos, comenzado cosas y dado por terminadas otras, nos hemos revelado y rebelado, le dimos la espalda a alguien y alguien nos ignoro a nosotros, nos hemos sofocado, ahogado y hemos sentido el remanso de la paz absoluta.

Y la vida no da tregua. Siempre hay algo mas que te sorprende, para bien y para mal, y atenta contra el balance. Ser felices en el equilibrio. Dura tarea, pero nadie me dijo nunca que iba a ser facil. Pero vale la pena, siempre. Porque mas alla de toda pena, de toda amargura y de todo golpe, tenemos esta conviccion, tengo esta conviccion: yo estoy, yo existo, yo soy. Y sonreir, aun a traves de las lagrimas como en este instante frente a mi computadora, vale la pena.

Feliz 2011 para todos.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Reencontrandonos.

Esta bueno eso de reencontrarse. Diciembre es el mes ideal por supuesto.Nos reencontramos padres e hijos. Nos reencontramos con el calor. Nos reencontramos con el agotamiento. Nos reencontramos con nuestros antiguos companieros de la secundaria. O con los de la primaria. Nos reencontramos con recuerdos casi olvidados o completamente olvidados. Nos reencontramos con viejas risas y con ojos que crecieron con nosotros. A pesar del tiempo transcurrido, nos reencontramos. En los chistes tontos, en las miradas complices, en los gestos aprendidos... Y de golpe, 25 anios no son nada realmente. Y lo son todo. El cole se comprime en un instante magico, y las caras recordadas mediante fotos gastadas se vuelven presentes en la mesa de un restaurante. Y nos reencontramos. Con los '80, con las anecdotas de los cuadernos de comunicaciones viajando por el espacio eterno de la clase, con la escalera puesta en la ventana para escapar de la puerta trabada, con las salidas afuera de la clase, con las bromas tontas e inocentes de un grupo de adolescentes mas que inocentones, con las tomadas de sol de los recreos, con los actos en los que participabamos solo para escapar de las clases, con las discusiones calentonas de la clase de catequesis, con la diminuta biblioteca del Sagrada, con los raros peinados nuevos, y los jeans de colores y las prodigiosas hombreras. Los viajes al Italpark y a Pumper Nic, las torpes declaraciones de Me gustas, las dedicatorias de fin de curso, los gritos y risas interminables, las salidas al cine a ver peliculas de terror, la lecheria de Alvear, las escaleras para llegar a la clase, el profe de Contabilidad y su fallecimiento, la profe de Biologia y sus jeans ajustados que desconcentraban a mas de uno, Zamora (el dazo, para mas datos, disculpas profesor), el padre Emilio y su siempre joven sonrisa...

Nos reencontramos. No solo con los otros.

Nos reencotramos con nosotros mismos.

Y, quizas lo mas importante y conmovedor... queremos seguir reencontrandonos...